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Personas que no nos agradan

    Siento una ligera sensación de culpabilidad al no permitir el acercamiento de personas que me resultan poco agradables. Realmente no quisiera mostrar un evidente rechazo; sin embargo, en la mayoría de las veces, la cercanía resulta incomoda e insustancial.      ¿Cómo se puede obrar adecuadamente con estas personas? Ciertamente no tienen toda la responsabilidad de ser como son; pues son el resultado  de una infancia y experiencias, que en conjunto con la manera en que se encuentra conectado su cerebro, refleja lo que son.      ¿Por qué decido alejarme? Quizá para no darme cuenta de más diferencias; para no tener que actuar con hipocresía; para no resultar afectada por malas decisiones ajenas. No tengo reparos para mostrarme hostil con aquellos que algún momento actuaron  de forma despectiva conmigo. Personas a las que mi afecto y atenciones no significaron nada.      Aunque sus acciones no hayan generado ningún daño ni dolor agudo, ya no vislumbro la posibilidad de un trato igual h

Mi deseo

     hoy, al igual que en muchas ocasiones, siento un profundo deseo de cambiar; me gustaría ser diferente a como he sido hasta ahora. Siempre he culpado a terceros por mi condición, pero me he dado cuenta de que he sido yo la única responsable de mi situación.       Tengo el poder y la capacidad de influir en mi familia y generar el cambio que tanto deseo; sin embargo, mi energía se ha direccionado en un rumbo equivocado. Pensar que los demás deberían ser diferentes: abrió paso a la frustración  y nubló mi mente. Aún cuando escucho casi a diario el refrán "nada cambia si tu no cambias" hasta hoy lo considero una realidad.     Si deseo un cambio, debo empezar a actuar diferente; no debería hacer aquello que simplemente me gusta, o en lo cual me sienta cómoda, sino lo que sea conveniente para mí y mi familia. Deseo que esta sensación de necesidad de cambio, no sea efímera como todas aquellas veces que he sentido lo mismo.     Deseo levantarme todos los días con un pensamiento

Conflicto

     Nuevamente, me perturbó un suceso relacionado con una persona allegada. Pero, ¿qué es realmente lo que no he resuelto? ¿qué cosa aún no logro zanjar? ¿cuál es el epicentro de mis premisas?   Trataré de dilucidar cada aspecto; esperando que así, logre llegar a la verdadera causa de mi malestar.       Una de las desvirtudes que más me desagrada es la hipocresía. ¿Será que detesto en otros lo que yo misma poseo?. Otra de las actitudes que me molesta, es el aprovechamiento y los acercamientos interesados; desapruebo la actitud de aquellos que buscan a alguien: no por aprecio o valoración, sino porque así, conseguirán suplir alguna necesidad personal.     Pero, ¿por qué me molesta tanto tales actitudes y defectos?. El mundo está colmado de personas así; y no significa que esas personas no tengan virtudes. Tal asunto, está dentro de mi nivel de comprensión; pero no considero que deba estar obligada a intimar con esa personas, ni mucho menos aceptarlas como amigas.  No me sentiría confia

¿Realmente se da sin esperar nada a cambio?

     Quizá esto aplica solamente para los desconocidos; porque al existir un vínculo emocional o afectivo, es necesario la presencia de reciprocidad.  En una relación de amistad o de pareja, lo menos que esperamos es que nos correspondan conforme a la medida de nuestra entrega.   Una persona de autoestima sana, querrá ser apreciada, valorada; y se sentirá merecedor de reconocimiento por sus virtudes y valores. Por lo que es totalmente normal, querer recibir cuando damos.  Entonces, ¿Podría decirse que este tipo de intercambio, es lo más parecido a un negocio?. La respuesta es afirmativa; pero con la diferencia de que el pago no es material sino afectivo.

Personas interesadas

    No es molestia o desprecio, aquello que logran despertar en mí las personas interesadas. Simplemente no muestro afecto ni simpatía por ellas.     Cada persona es merecedora de respeto; aunque, en conjunto con sus virtudes, también posea defectos. Si alguien no es de nuestro agrado por no poseer las virtudes que apreciamos, ó simplemente, posee los defectos que más intolerables nos resultan, no es nuestro deber apreciarlos; pero sí respetarlos.     Considero que es una actitud reprobable, el acercarse a las personas que no apreciamos, y que nos resultan indiferentes, sólo porque se necesita algún favor de ellos. Pero, ¿No hacemos todos eso? ¿No nos acercamos a algunas personas sólo al momento de necesitar de ellas? Creo que lo ideal sería no hacerlo pero, de no quedar alternativa, se debe corresponder de la misma manera cuando se necesiten de nosotros.       

Juzgar

     Si juzgar es: considerar, opinar o calificar como bueno o malo un asunto o una acción, significa entonces, que toda persona aunque no esté consciente de ello "juzga". Todos tenemos al menos una opinión o idea somera  de los asuntos morales y conductuales propios del ser humano; y de acuerdo a la sociedad donde nos encontramos, nuestra conducta y estilo de vida se regirá casi en su totalidad, por la influencia y por los conocimientos adquiridos dentro de la misma.  Es necesario juzgar y tener una opinión acerca de aquellas premisas por las cuales está regida nuestra vida y por ende nuestra conducta.      Si somos honestos por ejemplo, es porque consideramos la honestidad como una virtud necesaria para la convivencia con nuestros semejantes; además, reflejará el respeto y consideración que sentimos hacia el otro. Por lo tanto, quien no la practique, y en su lugar, engañe sin mesura, diremos: que está obrando mal.     Nuestra apreciación no debe dar lugar a una condena de

Hablar mal de los demás

     Todos tenemos defectos; a veces los mismos que señalamos en otros, e incluso peores.     Al comprender que todos somos imperfectos y que cometemos errores igual que el resto de los seres humanos, nos debe abrir la posibilidad de ser más comprensivos y menos crueles a la hora de condenar a alguien.      Cada persona es como es, producto de la crianza, sus principios, valores, y todas las premisas adquiridas durante su vida.  Si bien, no hay expresión verbal ante el desagrado por algún defecto, nuestra conducta y trato hacia alguien refleja el desacuerdo y la reprobación.      Los defectos de los demás, no deben ser sólo un motivo para condenarlos, sino para revisarnos y ver cuales cuáles son los nuestros o si poseemos los mismos.  En ocasiones sentimos perturbación por haber obrado de manera errónea; algo dentro de nosotros se agita y provoca cierto malestar.      El interés y preocupación de quedar ante los demás; el deseo de que no exista ningún concepto errado de nuestra persona